La espera terminó!!!

SAN MARTIN DE LOS ANDES.- ¿Se forma el arco iris cuando nieva? –preguntó Fernanda, una esquiadora de Buenos Aires sentada a mi lado. Mientras íbamos ascendiendo por el camino al Cerro Chapelco, una nevizca se iba haciendo más pesada hasta transformarse en grandes copos que caían como en cámara lenta. Al tomar la última curva antes de llegar al estacionamiento de la base, una vaca toda mojada, con nieve en la cabeza y en el lomo nos miraba con expresión de vaca. Atrás nos esperaba el Cerro Chapelco, todo blanco.

Quienes estuvieron aguardando desde el invierno pasado el momento para volver a las pistas nevadas, tuvieron su recompensa. La nieve anunciaba que la temporada finalmente había comenzado y el cerro cubierto de blancura era testimonio del milagro que año tras año se repite.

Descorrido el telón nevado, comienza la función: disfrute, alegría, adrenalina, encuentros, comidas y todo lo que involucra la práctica del más atractivo de los deportes de invierno.

Con su imponente marco natural, el Cerro Chapelco brinda la posibilidad de deslizarse por pistas que recorren y atraviesan un milenario bosque de lengas, con impresionantes vistas panorámicas donde se puede apreciar el lago Lácar y el imponente volcán Lanín, con sus 3775 metros que mira por encima de los cordones montañosos. Esta privilegiada ubicación geográfica permite tener largas temporadas con excelente calidad de nieve.

Chapelco vivió una temporada espléndida el año pasado. En el 2005, sus puertas se abrieron desde junio hasta septiembre, y pasaron por sus pistas casi 40.000 visitantes.

El cerro tiene una altura de 1940 metros con un largo máximo de pista de 5,3 kms. Sus pendientes van de los 20° a los 45° permitiendo a los visitantes una amplia variedad de dificultades para las distintas capacidades en la práctica de esquí y el snowboard. La escuela de esquí de Chapelco cuenta con 150 instructores, y ofrece servicios de clases para todas las edades, niveles y experiencia.

Para la tranquilidad y comodidad de los padres, hay una guardería infantil –el Jardín de Nieve– y la Junior Academy, para chicos de 6 y 15 años. Chapelco también ofrece clases particulares y grupales, así como también un exclusivo sistema de enseñanza y aprendizaje de esquí para personas con capacidades diferentes.

Además del esquí y el snowboard, el deslizamiento por la nieve puede ser asistido por perros siberianos y alaskanos que tiran de trineos a través del bosque. Una opción más tecnológica viene con la ayuda de las motonieves. Si desea independencia motora, el trekking con raquetas permite explorar la montaña de una forma no convencional.

También está el SnowTerrain, una de las novedades en esta temporada, con dos áreas distintas exclusivamente diseñadas con nuevas construcciones y módulos para la práctica del extremo freestyle.

Para el arcón de los recuerdos y para compartir con amigos, un equipo de fotógrafos profesionales y realizadores de video filman al visitante en los paisajes más bellos de la montaña.

En el cerro, detenerse para tomar un descanso, comer o beber se convierte en otra actividad que depara grandes recompensas. Los variados refugios y restaurantes de la montaña, estratégicamente ubicados en los distintos sectores del cerro, son los encargados de brindar satisfacciones gastronómicas. Cada parador se adorna con un toque personal, ya sea por su calidez interior, sus amplias terrazas con vistas panorámicas o por las delicias y especialidades que en ellos se preparan.

Esteban Campolongo, gerente de Marketing de Chapelco, aseguró que este año va a haber una gran cantidad de actividades deportivas y de afterski, como lo vienen haciendo en las últimas temporadas. Habrá eventos, happy hours, fiestas, música en vivo y competincias que año tras año atraen a los mejores deportistas locales e internacionales de las distintas disciplinas. El legendario tetratlón cumple su vigésima edición, el Memorial Graeff y una competencia internacional organizada por Quicksilver darán posibilidades al asombro, la adrenalina y porqué no, a los encuentros sociales.

Quienes estuvieron anhelando la llegada tan esperada no sólo de las vacaciones, sino también de viajar al lugar elegido para esquiar, pueden regocijarse: ¡La espera ha terminado! ¡Largó Chapelco!